
Parisino Por Unos Días
Domingo 11 de Febrero. Partía hacia mi gran debilidad: París. En este viaje me moví básicamente en aviones low-cost, pero mi llegada triunfal a París tenía que ser en tren. Quería sentir esa mezcla de adrenalina y ansiedad de acercarme a mi ciudad de origen platónico a través de la ventanilla de un ferrocarril, ese noble vehículo donde florecen los sueños y las ilusiones.
En el camino desde Barcelona, mientras leía la biografía de Napoleón, fui conociendo algunos pueblitos franceses y me sucedió una de esas cosas (no gratas) que enriquecen también los viajes. Saliendo de la estación de Sens, se subió un grupo comando a revisar pasaportes y requisar. Todo normal hasta que empezó la locura. No pretendo extenderme en detalles, pero en resumen lo que pasó fue que bajaron del tren al único negro que había en mi vagón porque tenía mal escrito el nombre en su cédula. ¡Ay, los seres humanos…! Me parece interesante mostrar estas cosas también. Para mí, viajar no es sólo buscar enamorarme de algún lugar y conocer sus encantos, disfruto ver y conocer todo, y de todo trato de aprender algo.
Faltando una hora, habiéndome dado cuenta de que c´est la vie ya no aprendería más palabras en francés con el fascinante Napoleón, empecé a sentir la mencionada adrenalina, en conjunto con una especie de felicidad difícil de explicar. Me acercaba a París. Lo sabía. Lo olía. Lo percibía.
Oh La La Paris
París es y será siempre mi mayor fantasía en torno a los viajes. Para mí viajar es sinónimo de Paris. Fue una de las primeras grandes ciudades que conocí hace no tantos años y creo que es desde ese momento que entendí y descubrí mi pasión por viajar. Hace poco en un curso de fotografía, el profe nos hizo buscar una foto cualquiera en Google, y lo primero que se me vino a la mente fue la Torre Eiffel. En efecto, aclaro que no soy muy objetivo con respecto a esta ciudad.
Me parece que cada vez que tenemos la oportunidad de armar un viaje hay que tratar de conocer países nuevos o, aunque sea, ciudades nuevas. Pero debo admitir que París es mi permitido… cada vez que viajo a Europa me cuesta no pasar unos días en la capital bohemia. De hecho, sé que algún día viviré allí. Necesito conocer la verdadera París (de existir). Sueño con estudiar en la Sorbonne, salir en los recreos a leer poemas de Baudelaire en los jardines de Luxemburgo, fumar tabaco armado y comer una baguette. Quizás no es la mejor ciudad para habitar, como me han comentado, pero eso es algo que me urge comprobar(?).
Mitos y Verdades sobre los Parisinos
Si, joden con todo. Si, les gusta complicar un poco todo. Si, les gusta hacer todo a su manera. Si, a veces tienden a tratar un poco mal a los extranjeros. Oui, je vous aime parisiennes. A decir verdad, creo que mi alma es un poco parisina (?). Paris me transporta a un estado de peer pressure nulo, y creo que hay mucho de eso… Cada uno en su mundo, nadie interfiere en los derechos del otro (hasta cierto punto) y a nadie le gusta ser molestado o interrumpido en su espacio, tiempo y lugar.
En una suerte de sentencia, los parisinos gozan en su haber de ciertos rasgos que se les atribuyen como característica general. Parcos, malhumorados, poco amistosos, no tienen la más mínima intención de ayudarte si no hablas su idioma, fríos, etcéteras y etcéteras. No digo que no sea verdad, pero creo que cuando vamos de viaje todo es cuestión de entrarles como a ellos les gusta para tener una grata experiencia. Entrarles amablemente con algunas palabras de su idioma me parece que es la solución. Yo soy fan de aprender un poco el lenguaje de cada lugar antes de conocerlo, y en el caso de Francia es súper útil. Mi experiencia personal es que si arrancamos con un simple bonjour, todo lo que siga va a ser muchísimo más ameno.
En un mundo que tiende a la agrupación hipo-crática, quizás los parisinos, con sus ascos y sus reticencias, son al final un poco más cuerdos que nosotros los mundanos.
Liberte, Egalite et Fraternite
Consignas que hoy en día son solo visibles en algunos monumentos y en algunas instituciones. No todo es color de rosa en Francia, y menos aún en París. Tengo la sensación de que es una de las sociedades más discriminadoras que visité en los últimos tiempos. De hecho, me tocó vivir una de esas situaciones de marginación en el tren, como comento al principio. Vi también como requisaban a chicos para entrar a la escuela (lo que leen), sobre todo a los de tez oscura… Esta discriminación se nota en cada rincón. Es una ciudad súper fragmentada en estratos o clases, donde cada sector tiene su barrio o su quartier. Si bien es algo que se nota en las grandes metrópolis, creo que acá la segmentación está más claramente marcada.
Hoy esta consigna creada en épocas de la Revolución Francesa dista mucho de la realidad. Recomiendo este artículo que, a pesar de algunos detalles, me pareció bastante atinado:
Liberte, Egalite and Fraternite: Nos Just a Myth in France
Sección Nerd
Ya que es la primera vez que uso esta sección, aprovecho para introducirla brevemente. Me gusta estudiar, como ya sabrán, los lugares a los que voy. Uno de los temas que más me interesa es la economía y, en particular, la economía-política. Aunque menos asiduamente este último año, todas las semanas me leo diarios y revistas internacionales para estar al tanto de lo que sucede en otros países. Si bien me encanta la política en general, me fascina sobre todo la macroeconomía y la geopolítica. Por eso, siempre que viajo a algún lugar también trato de ver en qué situación se encuentra interna y externamente, y de impregnarme un poco de realidad, para entender dónde estoy y para comprender mejor ciertas cosas del lugar. Algunos de mis diarios preferidos son The Guardian, Le Monde, The New York Times, The Independent, La Vanguardia y El País, y entre las revistas o sitios que visito frecuentemente están VoltaireNet, Revista Crisis, El Orden Mundial, etcétera.
Vamos a Francia:
Personalmente, me apasiona la política de este país. Históricamente vinculado a la izquierda o a la centro-izquierda, hoy tienen un presidente de centro o centro-derecha y el partido de ultra-derecha de Marine Le Pen está siempre al acecho. Fiel reflejo, quizás, de la partida sociedad francesa.
Luego de unas elecciones que se anotaron mínimos de participación record en muchas ciudades, y de las que resultó electo Emmanuel Macron, el presidente más joven de la historia francesa, hoy Francia atraviesa momentos un tanto turbulentos en cuanto a su política interior. Las elecciones marcaron claramente el descontento de la gente para con los partidos tradicionales, permitiendo que llegue a la presidencia un ignoto ex-banquero y funcionario del anterior gobierno de Francois Hollande (terrible, por cierto). Con una herencia desastrosa en términos de desempleo y de pobreza, los temas más importantes de su agenda desde que asumió fueron y son la reforma fiscal, la reforma laboral y la reforma educativa.
En cuanto a la reforma laboral, los pilares son la formación y capacitación de los jóvenes desempleados para insertarse en el mercado laboral y, lo que más dolores de cabeza le generó, la conflictividad gremial, con puntos como la posibilidad al empresario para acordar por fuera de los gremios y el despido colectivo por causas económicas, entre otros.
Algunos desconfiados piensan que se trata de una manifiesta precarización y flexibilización laboral. Igualmente, en lo que lleva de mandato, los números de desempleo bajaron y se ubican cerca del 9%, pero en torno al 20% cuando hablamos del sector joven, algo similar a lo que tenemos los argentinos actualmente.
Por otro lado, el país siguió creciendo en términos de PBI y achicó su déficit fiscal, sobre todo en gasto social (ajustar del lado de los que menos tienen, fenómeno global), que es cercano al 30% sobre el PBI, siendo mayor que el de Alemania, el de Gran Bretaña y el de Estados Unidos, por poner algunos ejemplos, y un poco menor al nuestro actual.
Hoy el país ocupa un lugar preponderante dentro de la comunidad europea y su presidente, hábil diplomático, es una referencia en todos los encuentros multilaterales, junto con la canciller alemana Angela Merkel. De hecho, y esto es una mera apreciación personal, Francia es hoy uno de los epicentros más importantes de la nueva guerra fría que estamos viviendo. Guerra que, de por sí, incluye muchos más bandos que la conocemos tradicionalmente.
En lo que a política migratoria se refiere, actualmente el ejecutivo impulsa un polémico proyecto de ley que endurece y dificulta la obtención de residencias para exiliados y refugiados, y que apunta a cerrar más y más las fronteras. Creo yo, que en atención a un reclamo de una parte no menor de la sociedad. Parte que probablemente haya conformado un elevado porcentaje en la masa de votantes de Marine Le Pen, pero también del mismísimo Emannuel Macron.
Por último, me encantó leer esta nota que da cuentas de lo que leen algunos presidentes del mundo, entre ellos el joven Macron, que recién me entero es filósofo y músico, además de haber sido banquero y ministro de economía, lo que me instiga a indagar muchísimo más sobre su persona. Entre sus preferidos están Baudelaire, Camus, Hegel… cómo no leer un poco más sobre su multifacética vida. Soy uno que cree que somos lo que leemos o, al menos, pienso que eso dice mucho sobre nosotros.
Todos los Libros del Presidente
Datos de Color:
- Salario Mínimo: casi 1500 euros.
- Salario Medio: cerca de 2400 euros en hombres y 2000 en mujeres.
- Costo de vida medio (alojamiento+comida+servicios+transporte): 1100 euros.
- IVA: 20%.
- Esperanza de vida: 82 años, muy alto. Confirmo así lo que sostengo fervientemente desde hace tiempo: toda dieta debe ser a base de vino y baguette.
- Índice de Gini: cercano a 30. Buen número. Marca la desigualdad del país. En Argentina es cercano al 40, y lidera la lista Islandia con 25 (son 20 hermanos y 32 primos, convengamos).
- Pobreza: cercano al 14%, según datos del Gobierno. Acá, nobleza obliga, y para los que conocen poco de economía, es muy difícil comparar, dado que existen numerosas formas de medir la pobreza. Sin embargo, bajo una misma medición, pude comprobar que Francia está peor que Alemania, que los países bajos y que varios países más de la comunidad europea. Si comparamos con Argentina, con cualquier índice está mejor. Si comparamos con el de la UCA (que me parece absurdo y súper manipulado), está muchísimo mejor que Argentina.
- Movimiento feminista: el famoso Me Too viene consiguiendo varias conquistas últimamente, acorde con lo que está sucediendo en varios lugares del mundo. Entre ellas, y la más reciente, la aprobación de una ley contra la violencia sexual y sexista, por la cual se aplicarán sanciones económicas y penales para actos de acoso en la vía pública. Y, como muestro más arriba, existe una brecha salarial, que está en el centro de las discusiones y el gobierno viene haciendo esfuerzos para atacar. Esa brecha va del 9% al 20%. Es un número similar a lo que ocurre en muchos países europeos y en EEUU. En Argentina, tenemos sectores que llegan al !35%!
- Jean Luc Melenchón para la victoria!
Para aquellos interesados en cómo vive la gente en distintos países/ciudades como yo, estas dos páginas son espectaculares:
https://www.numbeo.com/cost-of-living/in/Paris
Siempre que viajo a algún país (o ciudad) nuevo la reviso, para darme un pantallazo. En mi experiencia, están bastante acertadas en la mayoría de los casos, y apuntan a un nivel de vida medio-austero, popular.
Después, los datos los saqué de lo que siempre miro cuando busco saber cómo están determinados países: datos del Banco Mundial, de mis lecturas semanales de Le Monde (siempre leo diarios antes de viajar), de SantanderTrade y de TradingEconomics, entre otros.
Mis sensaciones en este viaje
Mi único viaje a París había sido llegando a Charles de Gaulle (ps: investiguen un poco de este importantísimo, y a veces no tan recordado, personaje) en avión. Esta vez lo hice en tren y arribando a Gare de Lyon, como conté. Yo tengo la sensación de que la felicidad como estado no existe. Lo que sí creo es que existen momentos de felicidad, y éste sin dudas lo fue. Atravesar la puerta de esa magnífica estación y encontrarme de repente con la inmensidad parisina fue uno de esos momentos que jamás olvidaré. Fueron segundos de estupor que parecían perderse en la eternidad. Los autos pasaban, la gente corría y cruzaba, pero las agujas del gigante reloj de la estación no se inmutaban. Como niño que alucina ante alguna maniobra de sus padres, mis pupilas asomaban con un orgullo que las hacía irradiar. Fue tal el asombro que temía que mi boca jamás volviera a cerrar. Somos tan pequeños…
El clima… hoy por hoy, la única contra certera que le encuentro a esta ciudad. Y es que es difícil, y más si van en invierno como lo hice yo. Sin embargo, no es nada de otro mundo, se soporta. Lo que sí, elijan bien el día que van a subir a la Torre Eiffel. Creo que elegí el peor día del año, con viento, lluvia y nieve. Esto, sumado al inmenso cerco de seguridad que actualmente la bordea, hicieron que este viaje me desilusione un poco. Como dije, la Torre Eiffel para mí es de lo más imponente en el mundo, pero por diversas razones se le fue restando algo de su encanto y de su naturalidad. Igualmente, y no hace casi falta aclararlo, sigue manteniendo esa mística que le da su historia y todas las cosas que se sucedieron a su alrededor. Incluyendo, como curiosidad, la leyenda de que cuando Alemania ocupa la ciudad durante la Segunda Guerra, los franceses cortan los cables de los ascensores para que Hitler no pueda subir, o lo tenga que hacer por las interminables y agotadoras escaleras, emulando así la épica del alma rusa que, en épocas del sitio napoleónico, prefiere incendiar y destruir su amada Moscú, antes que verla conquistada por el enemigo, como estupendamente relata nuestro querido Tolstoi (aunque también plantea la hipótesis de que la hayan quemado por impericia los propios franceses).
Este viaje quedé más obnubilado con la Catedral de Notre Dame. En mi viaje anterior no le había prestado atención, pero al mirarla de noche desde el Pont de Sully se llevó mis mejores suspiros. Recuerdo que esa noche venía de caminar incesantemente durante todo el día. Me había ido caminando hasta un barrio un poco más marginal para conocer un antro cervecero que me había anotado. La decisión de hacer todo a pie ese día fue producto de que estaba contento por algo que me había sucedido el día anterior. La nostalgia posterior a esos momentos de felicidad, una suerte de retrogusto, siempre me aflora cuando camino. Y esto se exacerba cuando es durante un viaje… Con esa mezcla efervescente de emociones llegué a la inefable catedral gótica. ¿Cómo se dice cuando algo te quita el habla por unos instantes?
¿Qué ver en París?
Pienso que París tiene muchísimas cosas para ver y con las cuales nos podemos enloquecer. Sean museos, parques, calles, etc. Pero para no entrar en detalles de cada lugar en particular (para eso mejor vean mi post Itineratio de 4 días en Paris), creo que lo más hermoso que tiene esta ciudad es su etéreo aura, una especie de sensación abstracta compuesta por experiencias que vivimos a través de terceros (sean películas, historias, libros, etc) y la euforia e incredulidad de poder estar ahí. Perderse por las calles de París es lo mejor que nos puede pasar cuando la visitamos. Se me viene a la mente una palabra que leí una vez en algún libro, «nefelibata». Creo que define exactamente cómo me veo cuando paseo por calles parisinas. Así que mi consejo es que se marquen distintas atracciones y caminen entre ellas. A modo de ejemplo, si un día van a ir al Louvre y después van a ir para el Barrio Latino, el Panteón y La Sorbonne, a caminar, déjense llevar por las calles de la capital gala para ir de un lugar al otro. Yo uso el mapa como brújula. Me indico hacia dónde está mi destino próximo y camino en dirección a él, sin importar por dónde voy. Así es como a veces descubro lugares ignotos que terminan por enamorarme aún más de los lugares que visito. A veces puedo caminar de más y perder tiempo, es verdad. Pero también es otra forma de impregnarse de algo bien local en Francia: si podemos hacer las cosas complicadas, ¿para que las vamos a hacer sencillas?
Esta vez hice todo un poco más a las corridas, pero yo ya conocía muchas cosas así que fue un buen complemento. Es una ciudad con una red de Metro impresionante pero, aun así, yo recomiendo fuertemente que caminen y caminen. Van a ver cosas, paisajes, casas, situaciones que no verían de otra manera.
Dejar París: I know we´ll meet again.
Día trágico si los hay. Mi próximo destino era Edimburgo, ciudad a la que no le tenía tanta fe (MAL) y eso ayudó a que se me aparezca en esa madrugada una suerte de vacío existencial. Camino al aeropuerto me preguntaba por qué me iba si era ahí donde quería seguir estando. Si, un poco exagerado, lo sé. Pero estoy seguro que no soy el único al que le pasa esto. Además, y si me lo permiten como un último consejo, traten de no abandonar la ciudad en esas horas de la noche en que la gente y su rutina desaparecen. La verdadera parís nos puede demorar…
Donde hospedarse en Paris?
Acá muestro un poco del hostel donde me alojé yo este viaje. Desde ya, creo que el Barrio Latino es una gran opción. Todo depende de qué estemos buscando por supuesto.
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